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Paradigma Económico Emergente (introducción)

Vivimos todos los días de forma mecánica. Son pocas las ocasiones en que reflexionamos sobre el alcance de nuestras decisiones, sobre las concesiones que hacemos a terceros y sobre el ejercicio de nuestra libertad. Sin embargo, lo primero que deberíamos hacer todos los días es preguntarnos sobre qué debemos hacer, y hacia dónde queremos ir para alcanzar la felicidad. El mundo en el que vivimos no tiene por qué ser el mundo en el que acabemos viviendo: el futuro depende fundamentalmente de nuestra forma de vivir, entender y transformar la realidad.

La acción humana en sociedad se manifiesta en dos dimensiones, la jurídica y la económica. La primera se sustenta sobre un conjunto de normas que rigen las acciones sociales a través de un sistema punitivo. La segunda se rige sobre la agregación de las acciones individuales que tienen un efecto positivo, negativo o neutro sobre los actores y el sistema económico. El paradigma económico es la forma en que se concreta esta definición genérica y que acaba condicionando la forma en que convivimos.

Etimológicamente economía significa administración de la casa. De aquí inferimos tres elementos fundamentales que a su vez nos hacen preguntarnos sobre su naturaleza: el sujeto, la acción y el objeto.

  • El sujeto es el administrador: ¿Quién o quiénes? ¿Cómo toma las decisiones? ¿Qué resultado desea para su acción? Todas estas preguntas son de carácter antropológico y no pueden escapar de un marco religioso, ético, moral, cultural y eminentemente personal.
  • La acción es la administración: ¿Es adecuada conforme a los objetivos del administrador? ¿Cuál es el objeto de la administración? El administrador en su toma de decisiones, ¿tiene libertad negativa y/o positiva? Si son materiales, ¿son libres o sujetos a precio? Las preguntas sobre la administración no tienen sentido sin conocer la naturaleza y voluntad del administrador. Abordar la administración como una disciplina científica implica asumir el presupuesto de que el administrador ejerce su acción de forma mecánica y predecible, al menos, en términos generales.
  • El objeto de administración es la casa: Está constituida por elementos ¿materiales y/o inmateriales? Respecto de los recursos, ¿estos son abundantes, suficientes o escasos? ¿Són suficientes/sostenibles para realizar la acción? Las preguntas sobre la casa son de carácter filosófico (activos y pasivos inmateriales) y técnicos relativos a la teoría de la medida y la dinámica física de los objetos.

En la etimología del término economía echamos de menos ciertos elementos que nos parecen imprescindibles en nuestro quehacer cotidiano:

  • El Mercado: surge como una herramienta para adquirir los bienes/servicios de manera mas eficiente que si tuviéramos que producirlos nosotros mismos. Incluso, permite aumentar la libertad negativa al permitirnos contar con recursos que el administrador no podría generar por sí mismo. Esto a su vez hace que el administrador dependa del mercado. Aparece el juego de Oferta-Demanda que redistribuye el poder de intercambio entre los agentes del mercado. Por tanto, la naturaleza del mercado nos lleva al ámbito de la política, la ética, la estrategia, y las relaciones de poder.
  • El Dinero: también surge como herramienta (Karl Menger) pero es un instrumento menos perfecto que el mercado. Presenta como ventaja su elevada liquidez y la capacidad de ahorro en bienes no perecederos. Sin embargo, está sujeto a distorsiones, la más connatural, la inflación, lo que hace que su valor no sea el mismo a lo largo del tiempo. Desde que pasamos al papel moneda depende de la solvencia del emisor del activo.

Por tanto, ambas herramientas presentan sus ventajas e inconvenientes. Lo más llamativo es que es tal su omnipresencia en nuestra economía habitual que podemos confundir lo que son herramientas con un fin en sí mismo. Esto es, podemos confundir que hacer buena economía es ser muy bueno en las operaciones de mercado o atesorar mucho dinero, lo que no tiene por qué repercutir necesariamente en la buena administración de la casa.

La economía (administración de la casa) no es crematística (acción de hacerse rico), a no ser que el objetivo del administrador sea atesorar riquezas, y esto no tiene por qué ser así.

Algunas definiciones de Economía

AntigüedadS. XX
Génesis 1,28 ( 1440 a.C.): “Sean fecundos y multiplíquense. Llenen la tierra y sométanla. Tengan autoridad sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo y sobre todo ser viviente que se mueve sobre la tierra.“

Aristóteles (384-322 a.C.): Economía es la manera en que se administran los recursos existentes, con el fin de satisfacer las necesidades que tienen las personas y los grupos humanos.

Marco Aurelio (170 d.C.): “Pues hemos nacido para colaborar, al igual que los pies, las manos, los párpados, las hileras de dientes, superiores e inferiores. Obrar, pues, como adversarios los unos de los otros es contrario a la naturaleza. Y es actuar como adversario el hecho de manifestar indignación y repulsa.»
Lord Lionel C. Robbins (1932): «la ciencia que estudia el comportamiento humano como una relación entre medios escasos que tienen usos alternativos».

E. Chicago: “Economía es lo que hacen los Economistas”(Jacob Viner); “Los economistas son los que hacen economía”(Frank Knight); Consecuencia: Ciencia circular y endogámica.

Buchanan (1979): “Los economistas deberían concentrar su atención en una forma particular de actividad humana y en los diferentes ordenamientos institucionales que surgen como resultado de esta forma de actividad. El comportamiento del hombre en la relación de mercado,…

En la tabla anterior he recogido algunas definiciones que se han dado a lo largo de la Historia. En el Génesis, la acción económica toma forma de ley que tiene un reflejo en una Naturaleza sana. Allí donde abundan los recursos, abunda la fecundidad y la multiplicación de los seres vivos. La fecundidad, o capacidad de dar vida, a su vez genera nuevos recursos que hacen que el sistema evolucione y se expanda y sea más saludable. Lo contrario deviene la muerte.

La definición de Aristóteles sigue plenamente vigente y nos hace preguntarnos en relación con las definiciones que aparecen posteriormente. En Marco Aurelio aparece «hemos nacido para colaborar«. La antigua Roma y la sucesión de imperios hace que el hombre se pregunte ya no solo por la acción del individuo, del grupo humano al que se pertenece, sino como poder alcanzar una verdadera «Pax Romana», esto es, como otorgar dignidad a ciudadanos diversos para construir un futuro sólido. En este sentido, la visión del Estoico es profética, como veremos especialmente en las interacciones con la biología y las aportaciones de Buchanan.

Sorprende, desde la perspectiva del análisis de las definiciones, que Lionel C. Robbins introduzca en la definición el término de «medios escasos», pues si bien es cierto que para el individuo en su cada días los recursos son escasos, no es menos cierto que a nivel de especie los recursos son suficientes o insuficientes, y esta suficiencia depende de la sostenibilidad del sistema, es decir, de la capacidad de generar recursos a medida que son necesarios.

También sorprende en la escuela de Chicago la visión circular de una economía que se define así misma (vease la crítica de Buchanan). Es una visión muy propia de una Academia alejada de la realidad concreta de la administración de la casa.

Interacciones de la Economía y otras ciencias

Cabe preguntarse si la economía es algo únicamente propio de los seres humanos, o puede haber otros seres con capacidad de administrar su casa. Si observamos la Naturaleza, veremos de manera evidente que los seres vivos son sujetos de la acción económica en cuanto que satisfacen sus necesidades de diversas maneras. No necesitan de la ciencia, la ética y otras dimensiones que son propias del ser humano. Se rigen por un orden natural gobernado por el instinto y las circunstancias del medio ambiente en el que habitan.

Por tanto, la economía humana es un caso particular de la forma en que se desarrolla la vida en el planeta. Pero el ser humano destaca en la naturaleza por su capacidad de raciocinio, de darse cuenta del ser (Dasein de M. Heidegger), de incorporar en su esencia la religión, la ética, la moral, la cultura, la ciencia y la tecnología. Es un ser controvertido, pues si bien es racional, también es a la vez emocional e irracional, sin que podamos explicar muy bien el porqué el mismo individuo puede actuar de maneras opuestas ante la misma realidad en distintas ocasiones. Seguramente, por esta principio de incertidumbre individual, la economía que aspira a ser ciencia estudia a la sociedad y su influencia en la acción del individuo. Desde esta perspectiva, características propias de las sociedades concretas de la Historia se «cuelan» en la forma en la que concebimos la economía, y hay poderosas interacciones epistemológicas con el resto de ramas de conocimiento, muy especialmente en aquellas que definen al ser humano en relación con el cosmos: religión, filosofía, biología y física.

Economía y Cosmovisión

Para Aristóteles la virtud es realizar la acción que le es propia al sujeto de ética. Desde esta perspectiva analizamos la figura anterior.

El paradigma económico cristiano es desde el que ha evolucionado la sociedad occidental en los últimos dos mil años. La Relación Trinitaria se perfecciona en la virtud a través del amor, y esta virtud es común a las Tres Personas de la Trinidad. Para una sociedad que aspira a ser imagen de la Trinidad, el bien se alcanzará en la medida en que cada ciudadano o institución se vuelque en amor al resto de la creación. El egoísmo, fruto de la soberbia y concretado en la acción que no tiene en cuenta el bienestar de los demás, se considera mala y tiende a ser expulsada de forma tanto consciente como inconsciente por parte del individuo.

Si extrapolamos la trinidad por ejemplo, al ambito empresarial. El empresario alcanzará la virtud en la medida en que cuide a su empleado, el empleado, en la medida en que cumpla con sus obligaciones y mire por el bien de la empresa. Una sociedad que tiene como cosmovisión la Trinidad parece tener futuro en su conjunto y es consciente de que la desigualdad, la esclavitud, la miseria y la tristeza son anomalías contra las que hay que luchar. El nosotros se impone al yo en la medida en que la sociedad es mas virtuosa.

El paradigma de mercado supone un reduccionismo radical de la esencia misma de la economía. Todo se reduce a una triada (termino que a diferencia de trinidad, que implica unidad, refleja separación entre entidades): consumo, producción y medios de cambio. Lo que nace como herramienta para administrar la casa se considera el escenario y el límite en el que se desarrolla la actividad económica. Acudiendo al análisis de la virtud desde la perspectiva aristotélica observamos que hay un conflicto de virtudes:

  • La virtud del consumidor es el consumo, y por tanto, el hedonismo, el gasto, la acumulación de objetos para el disfrute personal. Cualquier operación que mejore la satisfacción individual hará que se prescinda de bienes que cubren actualmente la misma necesidad. El consumo es en gran parte irracional porque apela a nuestros deseos.
  • La virtud del productor es la producción, por tanto, el ahorro para la inversión futura, la inversión para satisfacer necesidades ajenas de formas mas eficiente y competitiva que el resto de productores; la capacidad de generar nuevas necesidades en el consumidor que le permitan producir nuevos productos. La producción es fundamentalmente racional porque apela a la estrategia.
  • La virtud del dinero es poseerse absolutamente. Desde que pasamos del patrón oro al patrón deuda (Crisis de 1929 y Bretton Woods,1944) la emisión de efectivo lleva asociada la emisión de un pasivo que a de devolverse con interés. Esto supone un grave problema a largo plazo pues la deuda crece mas que el efectivo. El dinero a diferencia del consumidor y el productor tiene un objetivo claro y mecánico, pero irracional y no sujeto a consideraciones éticas.

La conclusión respecto de la virtud es que la guerra entre los agentes del mercado está servida, los intereses no son comunes sino complementarios y no tienen porqué servir a un bien común. Las consecuencias en el individuo son desastrosas, pues es a la vez consumidor y productor y no puede alcanzar plenamente la virtud al ser actividades contradictorias.

El paradigma del Estado se constituye también como una triada: ciudadano, burocracia y gobierno. Al igual que el mercado es una herramienta con múltiples fines: bienestar del ciudadano, ejercicio del poder, aumentar/reducir las libertades individuales,… Si el Estado se constituye como un fin en sí mismo y procedemos al análisis obervamos:

  • La virtud del gobierno es gobernar, y por tanto, legislar y controlar absolutamente toda la sociedad.
  • La virtud de la burocracia es cubrir todas las necesidades del ciudadano, y para ello requiere de una política presupuestaria expansiva que le permita cubrir necesidades presentes y futuras «ad infinitum».
  • La virtud del ciudadano es ser contribuyente y disfrutar de la protección que le brinda el Estado.

En definitiva, el estatalismo degenera en un sistema esclavista pues la ambición de control del gobierno, y la expansión del aparato burocrático se traduce en un aumento de la carga normativa y tributaria que sostiene el ciudadano.

¿Dónde encontrar la virtud aristotélica en el paradigma económico?

El propio Aristóteles propone el punto medio. Parece fundamental que la sociedad no olvide que tanto el mercado como el Estado son herramientas para la comunidad que constituye la casa común de los seres humanos. Los paradigmas metafísicos (judio, católico, protestante, panteista, nihilista, ateo,… ) condicionan la acción del individuo y tienen consecuencias en en el sistema económico. Es necesario un cierto pragmatismo y una capacidad de adaptación de las sociedades a los tiempos. Sin embargo, la responsabilidad del futuro recae sobre todos y cada uno de nosotros y de las acciones que realizamos. No es posible escapar a una decisión primera que es a quién servimos. La propia ausencia de esta decisión implica servir a la nada o servir a cualquier cosa.

Economía y Biología

El ser humano ser reconoce a sí mismo como un ser vivo, y por tanto, inscrito en un ecosistema. Por eso, según comprenda el ecosistema en el que habita comprenderá las limitaciones que le impone la vida misma. La gran pregunta es ¿cómo aparece y se desarrolla la vida? Lamarck contestó a esta pregunta con una propuesta, la «herencia de los caracteres adquiridos», esto es, la progenie hereda de alguna manera lo aprendido por los progenitores. En el Origen de las especies , C. Darwin propone que la evolución se produce por la supervivencia del mas apto. Con el paso del tiempo podríamos suponer que existió una influencia de Darwin en T. Malthus, sin embargo, Malthus es anterior. La hipótesis maltusiana es que no hay recursos suficientes para todos y que es de ley natural que aquel padre de familia que no pueda mantener a sus hijos muera con ellos. Esta afirmación poco científica y desafortunada reduce al ser humano a un animal mas, privado de la dignidad otorgada por el paradigma judeocristiano. Nace en el contexto de la revolución industrial para justificar la desigualdad entre la emergente burguesía capitalista y la creciente masa de proletariado. La influencia del evolucionismo y el maltusianismo determinó en gran medida el estudio de la economía como una tablero gobernado por la selección natural y el imperio de los depredadores. Sin embargo, Lynn Margulis y su teoría de le endosimbiosis seriada propone que la única aparición documentada de una especie en laboratorio se ha producido por simbiosis (unión de organismos distintos) y no por depredación. Hay un cierto reflejo de esta visión en el pensamiento de Buchanan cuando propone como objeto de estudio de la economía las instituciones y relaciones de mercado.

Economía y Física

Los Principia de Newton supusieron una absoluta revolución en la manera con que el ser humano concibe el mundo. A través de la física de Newton parecia posible explicar todos los fenómenos de la naturaleza de manera causal. Cournot soñaba con aplicar la mecánica de Newton al comportamiento del ser humano. Partió de la premisa de que el ser humano busca la felicidad (Aristóteles, Adam Smith,… ) pero se encontró con una fuerte debilidad metodológica. La felicidad del ser humano es inexplicable en su conjunto, por tanto, habló de utilidad entendida como la satisfacción que obtiene un individuo de un bien o servicio. Esto que nació como una limitación del estudio de la economía acabó conformandose en un supuesto, esto es, «el ser humano busca la utilidad«. En el S. XX con Einstein y la puesta en duda de la mecánica de Newton, así como en la revisión del objeto de estudio de la economía, la felicidad de las sociedades, se abandona la hipótesis determinista y se comienza a pensar en términos de termoeconomía e indeterminación. Pero aparece un nuevo peligro. La felicidad percibida por el individuo que ha día de hoy puede ser objeto de medición (Likert) con coincide con el pleno concepto de felicidad de la filosofía clásica que contempla realidades metafísicas como la libertad, la conciencia, Dios, etc… Por ejemplo, una persona puede considerarse a sí misma feliz por consumir determinados tipos de sustancias que atentan contra su salud, y no por ello es realmente feliz. Esto puede llevarnos a la perversión de medir una sociedad como feliz (suma de las felicidades autopercibidas por sus ciudadanos) cuando en realidad no lo es (esclavizada, controlada, sometida, …).

Hipótesis de escasez vs. sostenibilidad

En la era del mercantilismo se consideraba a una nación tanto mas poderosa como oro, metales y piedras preciosas poseía, como estos bienes son escasos por naturaleza Montagne concluyó que «el beneficio de uno es el perjuicio del otro». El paso del tiempo nos ha demostrado que el verdadero poder reside en la capacidad de generar riqueza (Agricultura, Industria, Comercio y desarrollo tecnológico) cuyo crecimiento no contempla la escasez sino la sostenibilidad. Esperamos que haya un aumento de recursos si el sistema económico es saludable. Si a la premisa de Montagne, añadimos a modo de silogismo la afirmación de Malthus de que es de ley natural que el hombre muera si es incapaz de mantenerse, la consecuencia inevitable es el individualismo lo que es enemigo de la simbiosis y por tanto del potencial de creación de riqueza.

Evolución del concepto de libertad

La cultura clásica considera la libertad como la capacidad de actuar conforme a la virtud. Esto es contrario a considerar la libertad como hacer lo que venga en gana en cada momento. La libertad clásica es el camino a la felicidad, la libertad entendida como hacer lo que apetece en el momento es el camino a una vida sin sentido definitivo que puede conducir al nihilismo y la infelicidad.

Cn el auge de las grandes aglomeraciones industrializadas y el desarrollo del Estado la libertad es entendida como una capacidad o derecho de la ciudadanía. Para los fisiocratas la libertad es necesaria en el comercio para lograr el bienestar social y se postula que una sociedad de ciudadanos libres e independientes de la legislación innecesaria por parte del estado es mas eficiente para lograr la felicidad común. J.S.Mill en Liberty exige la libertad como un derecho, donde el ciudadano debe ser protegido de las intromisiones de las instituciones. Defender la libertad del individuo es preservar su dignidad como ser humano.

Ya lejos de la Academia y desde el éxito empresarial J.D. Rockefeller introduce el relativismo en la libertad económica. En el juicio antomonopolio contra la Standard Oil Company, J.D. Rockefeller dijo «usted lo llama monopolio, yo lo llamo libre competencia». Fué el máximo exponente de la unión del liberalismo y el darwinismo.

En el siglo XX. la distinción de Isaiah Berlin sobre libertad positiva (capacidad de alcanzar los objetivos deseados) y negativa ( capacidad dentro de los límites de lo posible) ha retomado de alguna manera el pensamiento clásico mas orientado a considerar la libertad como un derecho de todos los ciudadanos.

El paradigma económico determina como manejamos el conflicto de libertades a los que los ciudadanos tenemos derecho, y este derecho emana de nuestra forma de comprender el mundo. Si nos consideramos simples animales se nos puede negar la libertad y ser esclavos. Si nos consideramos hijos de Dios, nuestra libertad es inalienable. Si nos consideramos libres e iguales por consenso cultural, la libertad individual queda supeditada a un bien mayor a la persona, y este bien mayor lo definen las modas, costumbres e ideología vigentes. Por tanto, el hombre no sería realmente libre.

Paradigma Económico Emergente

La manera en la que haremos la economóa futura es una incógnita constante a lo largo de todos los tiempos. Ahora los cambios se están produciendo a una velocidad exponencial y surgen nuevos interrogantes, el mayor de todos el futuro impacto de la IA (inteligencia artificial). La tabla anterior, sirva de posibles interrogantes de hacia a dónde nos dirigimos.

Historiograma

Os dejo un historiograma de mi tesis doctoral «Neofisiocracia» dónde trato estos y otros temas en mayor profundidad.

El objetivo de este post es servir de marco para los temas que vamos a tratar en las jornadas que están mucho mas orientados al diálogo con el auditorio que a la exposición de los aspectos concretos. Espero que este texto sirva de apoyo a aquellos que quieran reflexionar sobre el tema. Pido disculpas a los que busquen el rigor científico (a estos les recomiendo la lectura de mi tesis), pero aquí he buscado mas la síntesis y la claridad en la exposición argumental.